Las primeras llegaron desde los partidos nacionalistas catalanes más radicales, críticas con las alusiones al soberanismo realizadas por el Monarca al que, además, afearon no haber abordado temas candentes. También los nacionalistas del PNV recriminaron el tono de su intervención, mientras que IU la consideró una “oportunidad perdida”. Para contrarrestarlas, el PP catalán alabó el mensaje de unidad, mientras que los socialistas no se pronunciaron oficialmente.
El portavoz del PP en el Parlamento de Cataluña, Enric Millo, consideró que el Rey transmitió un mensaje de unidad "conciliador y necesario" en la entrevista televisada y resaltó que la idea de que España debe mantenerse unida "es necesario en momentos difíciles" como los que cree que pasa el país. Además, Millo señaló que la postura del Jefe del Estado "sintoniza con la mayoría de los catalanes y los españoles", ya que, según dijo, la sociedad catalana cree que la independencia solo provocaría el debilitamiento de Cataluña y España.
Convergència i Unió (CiU) declinó ayer expresamente pronunciarse sobre el discurso del Rey. Así lo hizo saber el portavoz del grupo catalán en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, al gabinete de prensa de los nacionalistas catalanes.
Quien sí habló fue el portavoz de Esquerra Republicana (ERC) en el Congreso, Alfred Bosch, reprochó al Rey que “condene” el proceso soberanista de Catalunya pese a que no haya sido elegido y que no tenga que rendir cuentas ante el parlamento. “Lo que no haremos es renunciar porque lo diga un jefe de Estado”, defendió Bosch, al tiempo que añadió que quiere un proceso soberanista pacífico y democrático. En otro momento, el líder republicano emplazó a don Juan Carlos a emular a Isabel II, la reina del Reino Unido, quien “no dice nada” ante la consulta que harán los escoceses en 2014 para decidir sobre su independencia. “Que deje de preocuparse de estas cosas y se preocupe de poner orden en su casa”, pidió Bosch.
Por su parte, la diputada Laia Ortiz, de Iniciativa per Cataluña, aseguró en un comunicado que el rey hizo “un mal diagnóstico” sobre la situación del país. En su opinión, la entrevista fue una “tomadura de pelo que demuestra que la Corona está tocada y en decadencia”. Según Ortiz, “el rey siempre habla de unidad y de acallar voces, pero no se da cuenta de que el pacto constitucional está roto”.
También lamentó que don Juan Carlos “hable solo de frentismos y rupturismos” y no se pronuncie sobre las políticas que están conduciendo al desmantelamiento del Estado del bienestar. Para Ortiz, la entrevista fue “superficial” y calificó de “escandaloso” que TVE dedicara buena parte de la programación de la última semana a hacer “una oda al Rey, sin cuestionar su figura”.
La voz del nacionalismo vasco llegó a través del senador del PNV Iñaki Anasagasti quien también replicó al Rey al señalar que en España “hay separatistas y separadores”, pero que el Monarca solo habló de los primeros y no de los “separadores” ni de las causas del “proceso de deterioro” de las relaciones entre territorios del Estado. Desde su punto de vista, el Rey “no dijo más que generalidades y obviedades, no aportó nada” y “se veía que estaban muy preparadas incluso las respuestas”.
Entre los partidos generalistas, Izquierda Unida, en boca del diputado Gaspar Llamazares calificó de “oportunidad perdida” la entrevista, antes de añadir que en vez de mejorar la transparencia sobre las actividades de la Casa Real, la entrevista sumó “más sombras” por “la supresión de preguntas delicadas”. “Lo peor es que además de ser una oportunidad perdida ha sido un paso en falso, porque el moderador, así lo dice la Constitución, ha tomado una posición política. Creemos que es un grave error, un nuevo paso en falso. Hasta ahora había pasos falsos, como Botsuana, y da otro más incurriendo en política”, concluyó Llamazares.
.elpais.com
5/1/13
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